miércoles, 20 de abril de 2016

Pentecostés 2016: Zona Monaguillos

Zona Monaguillos - Pentecostés

Ofrecemos un encuentro para realizar con chicos de monaguillos o de catequesis, etc.

Esquema de reunión sugerida:
1. Comenzamos con una oración
2. Juego recreativo
3. Trabajamos el encuentro de Pentecostés
4. Cierre con una oración

Pentecostés
La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas en recuerdo de la Alianza del Sinaí.

Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta y fue así hasta el siglo IV, hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual. Con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día, teniendo presente el acontecimiento histórico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles.

Se fue celebrando como una fiesta, para la que los cristianos se preparaban con ayuno y vigilia, con color rojo en los ornamentos, pues significa el fuego del Espíritu santo.
Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo; y aunque la Iglesia nace con la Resurrección de Cristo, se confirma con la venida del Espíritu Santo y con ello los apóstoles comprendieron la misión que Jesús les había encomendado y para lo que fueron preparados.
El Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Es ésta la más profunda de las verdades de fe: habiendo un solo Dios, existen en Él tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Verdad que Jesús nos ha revelado en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal .

Se le representa de diferentes formas:

El Agua: Es importante en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento, que representa la muerte a la esclavitud del pecado y vida a la libertad que Dios nos da.

La Unción: Simboliza la fuerza, y se usa en el sacramento del Bautismo y de la Confirmación para prepararnos a ser testigos de Cristo.

El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María, en el Monte Tabor, en la Transfiguración y el día de la Ascensión.

El Sello: Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, transmiten el "don del Espíritu".


La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.

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